viernes, 14 de noviembre de 2008

Hada de los dientes


Los niños pierden sus dientes, y se dice que un ratón se los lleva, dejando a cambio unas monedas.
En los países angloparlantes se cree que no es un ratón, sino un hada la que guarda los dientes, dejando en su lugar a veces también un poco de dinero, otras veces flores blancas.
Pero es sabido, que los pequeños dientes van a parar a un enorme baúl en Faeryland, donde están los de todos los niños del mundo desde siempre, y allí quedan como testimonio de la existencia de una raza diferente, conectada con la magia de modo natural, sin necesidad de convencimiento ni explicaciones.
Los niños creen en las hadas, y las hadas siempre cuidan a los niños. Cuando los pequeños humanos cambian sus dientes, las hadas los guardan, como tesoros, como joyas mágicas.


El hada de los dientes es un personaje mitológico del folklore de muchos pueblos, que realiza obsequios a los niños cuando éstos pierden su dentadura de leche.
Tales inventos pueden provocar significativos disgustos entre los infantes cuando, al crecer, se enteran que estos simpáticos seres jamás existieron. Algunos suelen sentirse traicionados por su inocente credibilidad, mientras otros niños se enorgullecen por haber desenmascarado ellos mismos la verdad.
Muchas familias contribuyen a la creación de estos mitos, cuya tradición se extiende en varias civilizaciones occidentales. Por ejemplo, en los países hispano-parlantes, en vez de hadas encontramos al “ratoncito Pérez”. Este pequeño animal, de apellido bastante común, es llamado también “el ratón de los dientes”.

En Italia existe un “duende dental” llamado Fatina que también caza ratones (conocido como Topino). En Francia, a este personaje se lo llama La Petite Souris (el pequeño ratón).
En Irlanda también existe un duende dental, aunque de tradición más reciente. Y en Lowland, Escocia, encontramos una costumbre parecida a la del ratón o de las hadas: se trata de una rata blanca que compra los dientes de los niños con pequeñas monedas.
Las tradiciones dentales de diferentes países han sido recopiladas y publicadas en el excelente libro para chicos: “Arroja tu diente al techo: tradiciones dentales del mundo”, escrito por Selby Beeler e ilustrado por G. Brian Karas en el año 1998.
Los rituales de las “hadas dentales” incluyen típicamente 1) que el niño que ha perdido un diente lo coloque debajo de la almohada y 2) que el niño, a la mañana siguiente, encuentre una moneda o un pequeño billete en el lugar donde había colocado su diente la noche anterior.
Una variante menos difundida indica que el chico puede colocar su diente dentro de un vaso de vidrio, situado junto a su cama. Por la mañana, dentro del recipiente hallará la ansiada moneda. Esta opción resulta más sencilla, dado que para los padres será siempre más fácil sacar el diente de un vaso y colocar allí la moneda que buscar debajo de la almohada, corriendo el riesgo de que el hijo se despierte.
La utilidad del “hada de los dientes” es ofrecer una pequeña recompensa a los niños que pierdan dientes porque este hecho natural podría resultar traumático o preocupante para ellos. Es una manera de “atenuar” los efectos del cambio corporal.

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