viernes, 14 de noviembre de 2008

Dama Verde


Estas hadas personifican a las fuerzas naturales de la tierra. Se han ido volviendo cada vez más etéreas, a causa precisamente de su continua asociación con el viento.
Viven en bosques, prados o incluso zonas desérticas, morando en palacios de cristal, hielo o coral, sin embargo son pocas las referencias de haber sido vistas fuera o alejadas de los bosques profundos.
Poseen una belleza sublime, y van ataviadas de color verde. Si antaño fueron burlonas e incluso mortales para el ser humano, más adelante aprendieron a convivir con él, llegando incluso a ayudarle con sus tareas domésticas.
Suelen ser bastante esquivas, y básicamente son solitarias. La dama verde de caerphilly : Toma la forma de la hiedra cuando no anda por los castillos en ruinas.
Si lo desea, puede dejarse ver, pero por lo general solo se percibirá su rostro, rodeado de las verdes hojas de la enredadera o la hiedra que la alberga y oculta.


LA DAMA VERDE


Erase una vez un muchacho que estaba enamorado de todo corazón de una muchacha; lo único que deseaba en este mundo era casarse con ella, tener dinero suficiente para gastárselo en cosas para ella y salud suficiente para poder trabajar para ella. Pero estaba tan apasionadamente enamorado que no pudo soportar esperar más tiempo e intentó obtener ayuda de las hadas.Aquélla era una empresa muy peligrosa, y además, él la emprendió de una forma equivocada. Primero cogió un fino y blanco pañuelo sin pedirle permiso a la mujer del labrador (simplemente eso no podía conducirle a nada bueno). Luego llenó un cubo con agua de lluvia; pero eso no le bastó. A continuación lo intentó con el cubo lleno de agua clara de la fuente, pero tampoco fue suficiente. Finalmente llenó un cubo con agua de manantial, y en este caso sí que era la apropiado, sólo que en la noche en que había luna nueva dejó el cubo en la calle, así que no ocurrió absolutamente nada.Tuvo que esperar un mes hasta la siguiente luna nueva; durante dos noches, dejó el cubo en casa, junto a la puerta. Como aquello, una vez más, no era lo que debía hacer, tampoco en esta ocasión ocurrió nada. Un mes después – entretanto ya era el mes de mayo- barrió la chimenea y dejó el cubo de agua dentro de ella durante dos noches; eso era lo que debía hacer.Poco después de medianoche, se fue de puntillas hasta el cubo y vio que efectivamente sobre el agua había una fina y dorada capa de aceite. La separó, la mezcló con harina, hizo un pastel y lo puso encima del limpio y blanco pañuelo. Luego dio vueltas a su alrededor pronunciando las palabras apropiadas a y esperó a ver qué pasaba. Entonces se abrió la puerta y entró una bella hada que extendió la mano hacia el pastel. El le dio un golpe en la muñeca y le dijo:- ¡Eso no es para ti!Pero no hubiera debido tocarla.- ¡Para mí! Dijo y se comió todo el pastel.Luego le preguntó lo que deseaba y el respondió:- Me gustaría casarme y para eso necesito dinero y fuerzas.Descuida contestó el hada- que todo eso lo tendrás y nunca te faltará.E hizo que se cumplieran todos sus deseos de forma distinta a como él había pensado, pues los hizo todos realidad, pero con mala intención.El quería casarse y efectivamente su deseo se cumplió, pero tuvo que casarse con una mujer vieja y cruel que era la más rica de la aldea. De esta forma, tenía bastante dinero, pero no le sirvió de nada. Luego una grave enfermedad invadió el lugar y toda la gente que tenía a su alrededor se murió. La primera que murió fue su pobre y bella amada, de la que tan enamorado había estado toda la vida. A él, sin embargo, jamás le abandonaron las fuerzas y casi parecía inmortal.Pero el hada invisible que siempre había estado junto a él y le había forzado a hacer todo lo que había hecho, le dejó finalmente tan agotado que murió. Mientras yacía en su ataúd, cayó sobre él una sombra oscura y nebulosa; en medio de las tinieblas, una voz fría y clara dijo:¡Para mí!

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